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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Demolieron la casa que era de Alfonsina Storni Tiraron abajo la casa de la poetisa en la calle Terrada 578, en el barrio de Flores de la Capital Federal, que hace un tiempo estaba en venta. Los vecinos, intentaron de manera infructusa detener la destrucción.


"Al lado de los altos edifi­cios modernos / sufren las bajas casas de múl­tiples inviernos", escri­bió Alfonsina Storni en su poema "La ciudad", donde habla de los avances de la modernidad sobre los barrios porteños. En el barrio de Flores, en la calle Terrada nú­mero 578, se encuentra la última casa que habitó la poeta. Fueron sus últimos años antes de quitarse la vida en las frías aguas del mar, un octubre de 1938.

La ilustre supo llenar de orgullo al barrio y varias generaciones les dijeron a sus hijos: "Acá vivió Al­fonsina, ¿sabés quién es?". Pero el orgullo se convirtió en alerta, por­que las ventanas de la casa donde vivió Storni amanecieron tapiadas con carteles y ladrillos. Y cualquier porteño sabe que es la instancia previa a la demolición.

Por ahora el asunto está en standby, porque el legislador Patri­cio Di Stéfano, del PRO, presentó en la Legislatura un proyecto para declarar el lugar como patrimonio histórico de la Ciudad. Así, una protección cautelar logró impedir la demoli­ción. Sin embargo, la Comisión de Vecinos de Flores no se confor­ma con lo obtenido: "El proyecto de salvar la casa de Alfonsina nos parece bien. Pero nosotros que­remos que se convierta en un lu­gar de la literatura, del encuentro de la gente del arte. Lo estamos reclamando desde 1997, cuando trataron de demolerla por primera vez. Ya vimos tantas casonas de­rrumbadas, que queremos salvar ésta, una de las últimas casas his­tóricas que quedan en el barrio", explica Carlos Demarco, que presi­de la comisión.

El barrio de Flores tiene una rica historia vinculada a la cultura, y en particular a la literatura: Ju­lio Cortázar, Roberto Arlt, Oliverio Girondo, Baldomero Fernández Moreno son algunas de las figuras que vivieron y se inspiraron en el barrio para escribir sus obras.
Pero muy pocas de esas vivien­das siguen en pie.

"Vemos una frialdad en toda la cúpula política sobre nuestra historia, sobre nuestro pasado. Nosotros, al contrario, como sim­ples vecinos intentamos salvar la historia de nuestro barrio, que es un poco la historia de la ciudad y, en el fondo, es la historia del país. Un país sin historia tiende a pere­cer", dice Demarco.

La comisión de vecinos ya ha tenido algunas éxitos: la recupera­ción de la casa de la familia Mar­có del Pont, un enorme caserón construido a mediados del siglo XIX y hoy, salvado de la picota, es la Casa de la Cultura de Flores; la terminación de la escuela Enrique Parker y de la Plaza de los Periodis­tas: "La primera dificultad que tu­vieron las empresas que hacen to­rres fue con nosotros. En la Plaza de los Periodistas, iban a construir cuatro torres de 25 pisos, un shop­ping y una cochera para 400 auto­móviles. Eso, cuando en Flores no hay espacios verdes y gran parte de las cloacas que tenemos se coloca­ron durante gobierno de Sarmien­to. Todo eso lo investigamos, y lo frenamos", recuerda Demarco.

¿Cómo es la casa de Storni?
Es una casa de principio de siglo como las que construían los italia­nos. En su momento era una casa señorial, el color original era gris, tenía los pisos de pinotea y una extrañeza para esa época: dos ba­ños. vivió en otras casas en Flores, pero la más emblemáti­ca, porque es donde más vivió, fue en Terrada. Ahí la visitaba su ami­go Quinquela Martín.

¿Qué propone la Comisión?
La idea es recuperar toda la his­toria, que la casa tenga una fun­ción social, hacer un centro cul­tural, darles un espacio a los jubilados. Hay tantas cosas que se pueden hacer para no desper­diciar una de las últimas reliquias que nos quedan.

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