
Durante su discurso, la mandataria confesó que le “hubiera gustado que quienes tendrían que haber cumplido con el país lo hubieran hecho”, en alusión a la compañía española Repsol. También contó que la Argentina era “el único país latinoamericano que no manejaba sus recursos estratégicos” como los hidrocarburos y comparó lo que ocurrió con Repsol con el caso de Aerolíneas Argentinas: “Teníamos la gente sin viajar, pagábamos los suelos y los combustibles de los aviones.”
Con respecto a YPF, cuestionó a los gerenciadores privados de la compañía y dijo que importaban más hidrocarburos de lo que ellos exportaban y se dedicaban al negocio de la nafta premium.
“Circunstancias nuevas exigen que vayamos cambiando y tener una gran apertura. YPF tiene que estar alineada con los intereses del país, cuando se desalinean los intereses de las empresas con los del país y cuando se hace más hincapié en la renta financiera es cuando se caen los países”, analizó y sostuvo que si bien “parecía un sueño”, “muchas veces las cosas se van dando”.
La mandataria estuvo acompañada por el gobernador bonaerense Daniel Scioli; el intendente local Fernando Gray; la ministra de Industria, Débora Giorgi; y el supermercadista Alfredo Coto. Al referirse al crecimiento de esa línea de supermercados, la mandataria recordó que el ex presidente Néstor Kirchner “ayudó a reestructurar esta importante empresa que estaba asediada por fondos buitres”. Y advirtió: “Los fondos buitre no van a poner sus garras en la Argentina nunca más.”
En otro tramo de su discurso, la presidenta se refirió a la planta modelo de reprocesamiento de basura inaugurada por videoconferencia en Mar del Plata, y comparó esa situación con la actitud del gobierno porteño. Además, instó a las autoridades de la provincia de Buenos Aires a ponerse “al frente de los intendentes para que la Capital pague lo que tiene que pagar cuando ingresa basura a la provincia o la procese en la Ciudad”. “No es justo que se contamine y no se retribuya el esfuerzo. Por eso, a ponerse las pilas exigiendo que inviertan de acuerdo a sus posibilidades”, enfatizó y volvió a pedirles a las autoridades porteñas que se hagan cargo de sus problemas en su distrito.
Al finalizar su discurso, y en réplica a quienes cuestionan algunas de sus acciones, la jefa del Estado confesó ser “terca y obstinada, pero no insensata”. “No soy de las que insisten de sus errores –se definió–. Me gusta escuchar y cuando alguien tiene mejores ideas que yo, me encanta poder llevarlas adelante. Lo importante no es quién las lleva, sino que las banderas se levanten bien alto y sigan adelante”, puntualizó. Y advirtió: “La empuñaré yo hoy y mañana le tocará a otro, lo importante es que la bandera argentina no se vuelva a bajar nunca más en nuestra patria”. <
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